• 29/07/2025
  • Escrito por Jose Abellan

Si te pregunto por problema de la circulación, probablemente pienses en varices, arañas vasculares o hinchazón en las piernas, pero lo que quizá no pienses es en un ictus o un infarto de corazón. Pues bien, estos últimos también son enfermedades de la circulación. De hecho, las enfermedades relacionadas con la circulación representan una de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo, afectando significativamente la calidad de vida de millones de personas cada año. ¿Pero sabías que la mayoría de estas enfermedades pueden prevenirse?

Los estudios muestran que cerca del 90% de las enfermedades circulatorias pueden explicarse por tan solo nueve factores de riesgo que podemos modificar con cambios sencillos pero efectivos en nuestro estilo de vida.

Esto significa que tenemos un gran poder sobre nuestra salud vascular y que tomar consciencia y adoptar medidas concretas podrían ayudarnos a vivir con una mejor calidad y más salud durante más tiempo.

 

¿Qué es una enfermedad de la circulación?

Por definición, las enfermedades circulatorias son aquellas que afectan al normal funcionamiento del sistema encargado de llevar sangre, oxígeno y nutrientes a cada célula, tejido y órgano de tu cuerpo. Es decir, son las enfermedades de las arterias y las venas.

Las enfermedades circulatorias pueden afectar cualquier parte del cuerpo, pero las más frecuentes son:

  • Enfermedad arterial periférica. Aparece cuando las arterias que llevan sangre a tus piernas se estrechan o se bloquean. El principal síntoma es el dolor o calambres al caminar, que se alivia al parar y reaparece cuando retomas la marcha. En casos graves puede producir heridas que no sanan y en casos graves, amputaciones.
  • Enfermedad coronaria. Es posiblemente la más conocida y afecta directamente al corazón. El infarto es la consecuencia más grave. Su nombre se debe a que las afectadas son las arterias coronarias, que son las que nutren al corazón. Puede manifestarse como angina de pecho, que es un dolor opresivo, a veces irradiado a mandíbula y brazo izquierdo, o directamente como un infarto repentino.
  • Accidente cerebrovascular (también llamado ictus). Ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro. Puede ocurrir porque una arteria se bloquea o se rompe, provocando daño cerebral que puede dejar secuelas. Es fundamental reconocer sus síntomas (dificultad repentina para hablar, debilidad de un lado del cuerpo, o problemas para ver, entre otros) porque el tratamiento inmediato puede salvar vidas.
  • Varices y enfermedad venosa crónica: Aunque generalmente menos grave en su etapa inicial, la enfermedad venosa afecta a la circulación que devuelve la sangre al corazón, para oxigenarse, y por eso, afecta principalmente a las piernas. Provoca varices, que son venas dilatadas y ectásicas, sensación de pesadez, hinchazón y, en etapas avanzadas, incluso heridas o úlceras difíciles de tratar.

Estas enfermedades no solo disminuyen nuestra calidad de vida, sino que pueden llevar a complicaciones graves si no se atienden adecuadamente. Por ello, es clave entenderlas bien, reconocer sus síntomas y, sobre todo, actuar pronto y prevenirlas eficazmente.

 

Factores de riesgo para sufrir una enfermedad circulatoria

Distintos hábitos y comportamientos pueden protegerte o aumentar tu riesgo para sufrir enfermedad circulatoria. Pero de un modo muy importante. Un gran estudio científico, el INTERHEART, encontró que el 90% de los casos dependen de 9 factores relacionados con nuestro estilo de vida. Presta atención, porque conociéndolos puedes evitar sufrir un evento cardiovascular:

  1. Fumar. El más peligroso. El tabaco es un tóxico para tu cuerpo, y es especialmente dañino para tus arterias y corazón. Los fumadores tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir un infarto en comparación con los no fumadores. Fumar contribuye a aproximadamente el 35% del riesgo de infarto en hombres y 23% en mujeres. Y del mismo modo, dejar de fumar es una de las mejores decisiones que se puede tomar para mejorar la salud cardiovascular.1
  2. No realizar actividad física regular. Dicho de otro modo, el sedentarismo. Las personas que no realizan actividad física regularmente tienen un mayor riesgo de infarto. La falta de actividad física es responsable del 37.3% de los infartos en mujeres y del 22.9% en hombres. Algunos estudios han calculado que el ratio de esfuerzo:beneficio del ejercicio físico es 7:1. Es decir, que por cada minuto de ejercicio que hagas, ganas unos 7 minutos de vida.2  Pero además no solo es hacer ejercicio o ir al gimnasio. Ser activo durante el día es beneficioso.3 
  3. Tener la tensión alta. La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo para la enfermedad de corazón. Ser hipertenso multiplica por casi 3 en mujeres y por 2.3 en hombres el riesgo de sufrir un infarto. Aproximadamente el 35.8% de los infartos en mujeres y el 19.5% en hombres se atribuyen a la hipertensión. Para prevenir la hipertensión, tu estilo de vida es fundamental.4
  4. Sufrir estrés crónico. El estrés, cuando se cronifica, aumenta el riesgo de infarto. Contribuye al 20% del riesgo en hombres y mujeres. Y sabemos que aprender a gestionar el estrés de manera efectiva puede reducir significativamente este riesgo.
  5. La diabetes. En particular y especial, la tipo 2, la asociada a resistencia a la insulina, que aumenta significativamente el riesgo de infarto, especialmente en mujeres. Y es que según algunos estudios, la diabetes puede multiplicar por más de diez el riesgo de eventos cardiovasculares. En el INTERHEART, la diabetes contribuyó al 19% del riesgo en mujeres y al 10% en hombres. Si padeces diabetes, un buen control de la misma mediante alimentación, ejercicio y por supuesto medicación si es necesaria, es clave para mantener este riesgo lo más bajo posible.4
  6. Consumir alcohol. Aunque en algunas personas (las que tienen un alto riesgo de infarto), el alcohol puede ser ligeramente beneficioso porque disminuye el riesgo de infarto cardiaco, a nivel global, tomar alcohol aumenta el riesgo de enfermedad de corazón5 (y de cáncer, y de accidente, y de demencia…).
  7. Una alimentación insana. Sabemos que el consumo de ultraprocesados, grasas saturadas y azúcares es un factor de riesgo claro para infarto. Una mala alimentación es responsable del 30% de los infartos en mujeres y hombres. En contraste, una dieta basada en plantas, con alimentación natural, mucha verdura y proteína saludables reduce consistentemente el riesgo de infarto o lo mantiene bajo.6 
  8. Acumular demasiada grasa en tu cuerpo. La obesidad abdominal, medida por la circunferencia de la cintura, está fuertemente asociada con el riesgo de infarto. Contribuye al 33% del riesgo en hombres y mujeres. Y es que no es solo el exceso de grasa, el bajo porcentaje de músculo que suele asociar nos perjudica.7 Mantener una buena composición corporal es crucial para equilibrar tu metabolismo y reducir el riesgo de infarto.
  9. Tener alteraciones de colesterol. Tener el colesterol elevado, particularmente el colesterol no-HDL, así como en una analítica, un ratio ApoB/ApoA1 alto es un fuerte predictor de infarto. En nuestro ambiente, contribuye aproximadamente al 50% del riesgo en ambos géneros.

 

La buena noticia es que cada uno de estos factores es modificable, es mejorable. ¿Cómo? Es más sencillo de lo que parece. Abandonar el tabaco, practicar actividad física regular, mínimo unos 150 minutos semanales de ejercicio moderado, mantener una alimentación basada en plantas y natural, sin ultraprocesados, baja en sal y alcohol, gestionar adecuadamente el estrés y por supuesto realizar revisiones médicas regulares para control de tensión arterial, glucemia y niveles de colesterol, es lo óptimo siempre para tu circulación y tu salud en general.

Ya sabes, ser proactivo y evitar los factores que hemos comentado disminuye significativamente la incidencia de enfermedades circulatorias, mejorando notablemente la calidad de vida y prolongando la salud vascular.

Tienes en tus manos la capacidad de reducir tu riesgo. ¿Por qué esperar a actuar cuando puedes comenzar a cuidarte desde hoy?

 

Referencias bibliográficas

  1. Okorare O, Evbayekha EO, Adabale OK, Daniel E, Ubokudum D, Olusiji SA, Antia AU. Smoking Cessation and Benefits to Cardiovascular Health: A Review of Literature. Cureus. 2023 Mar 9;15(3):e35966. doi: 10.7759/cureus.35966. PMID: 37041912; PMCID: PMC10082935.
  2. Ekelund U, Steene-Johannessen J, Brown WJ, Fagerland MW, Owen N, Powell KE, Bauman A, Lee IM; Lancet Physical Activity Series 2 Executive Committe; Lancet Sedentary Behaviour Working Group. Does physical activity attenuate, or even eliminate, the detrimental association of sitting time with mortality? A harmonised meta-analysis of data from more than 1 million men and women. Lancet. 2016 Sep 24;388(10051):1302-10. doi: 10.1016/S0140-6736(16)30370-1. Epub 2016 Jul 28. Erratum in: Lancet. 2016 Sep 24;388(10051):e6. doi: 10.1016/S0140-6736(16)31677-4. PMID: 27475271.
  3. Lee DC, Pate RR, Lavie CJ, Sui X, Church TS, Blair SN. Leisure-time running reduces all-cause and cardiovascular mortality risk. J Am Coll Cardiol. 2014 Aug 5;64(5):472-81. doi: 10.1016/j.jacc.2014.04.058. Erratum in: J Am Coll Cardiol. 2014 Oct 7;64(14):1537. PMID: 25082581; PMCID: PMC4131752.
  4. Samadian F, Dalili N, Jamalian A. Lifestyle Modifications to Prevent and Control Hypertension. Iran J Kidney Dis. 2016 Sep;10(5):237-263. PMID: 27721223.
  5. Roerecke M. Alcohol's Impact on the Cardiovascular System. Nutrients. 2021 Sep 28;13(10):3419. doi: 10.3390/nu13103419. PMID: 34684419; PMCID: PMC8540436.
  6. Diab A, Dastmalchi LN, Gulati M, Michos ED. A Heart-Healthy Diet for Cardiovascular Disease Prevention: Where Are We Now? Vasc Health Risk Manag. 2023 Apr 21;19:237-253. doi: 10.2147/VHRM.S379874. PMID: 37113563; PMCID: PMC10128075.
  7. Danielsen KK, Svendsen M, Mæhlum S, Sundgot-Borgen J. Changes in body composition, cardiovascular disease risk factors, and eating behavior after an intensive lifestyle intervention with high volume of physical activity in severely obese subjects: a prospective clinical controlled trial. J Obes. 2013;2013:325464. doi: 10.1155/2013/325464. Epub 2013 Apr 22. PMID: 23710347; PMCID: PMC3654355.