Todo en el organismo está controlado por las hormonas. Estas sustancias son las encargadas de verificar que todos los órganos funcionen correctamente.
El corazón, los huesos, los cambios de peso o incluso el estado de ánimo dependen, en gran parte, de cómo se comporten los estrógenos, las principales hormonas femeninas. Pero ¿qué son los estrógenos y qué funciones realizan?
Los estrógenos son las hormonas femeninas que producen los ovarios. Estas hormonas son las principales responsables del crecimiento mamario, del inicio de la menstruación, entre otras funciones.
Sus funciones son muy diversas a la vez que muy importantes, ya que se encargan de preparar al cuerpo femenino para una fecundación, también controlan el nivel de colesterol y protegen los huesos.
Pero, ¿qué ocurre cuando hay alguna anomalía en la producción de estas hormonas?
Presta atención porque a continuación sabrás lo que ocurre en el cuerpo humano cuando las hormonas femeninas entran en juego.
¿Cómo se manifiestan los trastornos menstruales?
Las alteraciones de las hormonas femeninas se pueden manifestar de diferentes maneras, pero tienen su expresión más significativa cuando empiezan a aparecer trastornos en el ciclo menstrual.
Alteraciones en la duración o en a la cantidad de flujo sanguíneo durante el periodo menstrual son algunos de los signos que te deben de poner en alerta.
Pero también existen otras patologías, en este caso más graves y que requieren de un tratamiento inmediato.
• La amenorrea es una patología que implica la ausencia de regla.
• La oligomenorrea se caracteriza por padecer ciclos menstruales atópicos. Esto implica que la regla tarde más tiempo del habitual en aparecer.
• La hipermenorrea es una patología en la que durante la menstruación se expulsa mucha sangre.
• Y por último, tenemos la dismenorrea, así es como se denomina a las reglas donde el dolor es casi insoportable.


Los cambios hormonales afectan a la circulación sanguínea
Las hormonas, sobre todo las femeninas, juegan un papel esencial en la circulación sanguínea del organismo.
Las dos principales hormonas femeninas, los estrógenos y la progesterona, son las principales responsables de la dilatación venosa.
La dilatación venosa es esencial para que haya una correcta circulación sanguínea y no se formen las dolorosas varices.
Los cambios que se producen en estas hormonas a lo largo de la vida de las mujeres pueden ocasionar que la herencia de las varices junto con la acción de los factores ambientales o los hábitos no saludables, como fumar o no practicar ningún tipo de ejercicio, generen problemas circulatorios y la aparición de las varices.
La menopausia afecta a la circulación de tus piernas
Al llegar a la menopausia, el organismo de la mujer produce menos cantidad de estrógenos, lo que afecta directamente a la circulación sanguínea, especialmente a la de las piernas, apareciendo síntomas de mala circulación. Esto se debe a que estas hormonas femeninas son las encargadas de prevenir el campo vascular.
La disminución de estrógenos provoca entre otras cosas, que la musculatura de la pared venosa pierda tono y elasticidad. ¿Y esto en que afecta a las venas de las piernas?
Pues muy sencillo, las venas de las piernas están dotadas de elasticidad y de un sistema de válvulas que ayudan a empujar la sangre hacia el corazón, evitando que retroceda o se quede estancada por el camino. Si la sangre no circula con normalidad y se queda estancada aparecen las varices.
Con la llegada a de la menopausia es habitual que las venas pierdan elasticidad, se dilaten y el funcionamiento del sistema circulatorio se entorpezca, provocando un problema de insuficiencia venosa crónica.